Investigadoras de la Universitat de Lleida (UdL) y el Institut de Recerca Biomèdica de Lleida (IRBLleida) han comprobado la eficacia de la Escala de Ansiedad Analógica Visual (VAS-A) como herramienta de detección rápida en el estudiantado de Enfermería durante la pandemia de COVID-19. Y consideran que este método también se podría aplicar a otros colectivos. La investigación que valida la VAS-A como instrumento más rápido y eficiente que el cuestionario de ansiedad estado- rasgo (STAI) por sus siglas en inglés) lo han publicado en la revista International Journal of Environmental Research and Public Health.

El grupo de investigación de cuidados de salud (GRECS), con la colaboración de la Universitat Ramon Llull de Barcelona, ha realizado un estudio observacional con 185 estudiantes de cuarto curso del Grado en Enfermería de la UdL. El 88,1% eran mujeres con una edad media de 21,3 años. Según los resultados, el nivel de ansiedad registrado por el VAS-A mostró una media de 6,19 sobre 10 puntos y el STAI, un nivel de 58,43 sobre 120 puntos.

El estudio demuestra así que es posible una detección rápida de la ansiedad mediante el VAS-A y un enfoque en profundidad con el STAI para evaluar al alumnado en una crisis. "En el contexto de crisis sanitarias como la primera ola de la COVID-19 (primavera de 2020) son necesarios instrumentos de valoración que sean eficientes, rápidos y fáciles de utilizar", destaca la primera autora del artículo y profesora de la Facultad de Enfermería y Fisioterapia (FIF) de la UdL, Anna Lavedán Santamaría.

"Es crucial evaluar y crear recursos para ayudar al estudiantado de enfermería a afrontar de manera eficaz sus emociones durante los períodos de estrés, como el que se vivió con la virtualización de la docencia y la aplicación del auxilio sanitario en los meses más duros de la pandemia" ha añadido la investigadora y decana de la FIF, Judith Roca Llobet. 

Para vigilar la ansiedad en el ámbito universitario, el artículo propone analizar y redistribuir las cargas académicas y las prácticas clínicas, mejorar las metodologías de enseñanza y los sistemas de evaluación actuales y explorar estrategias de intervención psicológica para mitigar las consecuencias de la pandemia. 

La investigación también afirma que "en otros contextos, esta herramienta también se podría utilizar para analizar poblaciones. Por ejemplo, detectar al personal de salud más y menos estable emocionalmente podría ser muy útil para atender las demandas de salud con mayor calidad". En este sentido, otra de las investigadoras, Olga Masot Ariño, cree que "esta investigación es de interés para toda la comunidad que estudia y/o trabaja en el ámbito de la salud mental y la docencia universitaria".

Texto: Comunicación IRB Lleida/Prensa UdL